La importancia de saludar

La importancia de saludar

La importancia de saludar

Desde el punto de vista social, el gesto de saludar es casi tan importante como respirar. Es un pilar básico en la educación de las personas, en el vínculo social de unos con otros. El saludo revela muchos detalles sobre el carácter y la buena formación de una persona. Saludar es importante en todos los ámbitos, pero es especialmente importante en el ámbito laboral. Saludar es fundamental para establecer un contacto agradable y correcto.

Saludar es una parte fundamental de la filosofía “smiling care”, siempre que nos crucemos con un residente, familiar u otro trabajador es imprescindible saludarle.

Cuidar el pequeño detalle de dar los “buenos días” o “buenas tardes” crea un mejor clima organizacional y ayuda al bienestar personal. La amabilidad en el trato con las personas nos ayuda en el camino a dar lo mejor de nosotros mismos. Si fomentamos una relación positiva los unos con los otros, basada en el respeto y la amabilidad, será más fácil sentirnos a gusto en el trabajo.

A continuación dejo esta historia real que ocurrió en Noruega a mediados de los 90 y que fue recogida en la hemeroteca.

En una enorme empresa de manufactura de pescado del Norte de Noruega, Asgard poco antes de terminar su jornada laboral, entró en el gran congelador donde se almacenaban miles de toneladas de pescados, para comprobar un pedido. Como solo era un momento, no se puso el equipo reglamentario y entró. El seguro de la puerta se bloqueó y la puerta quedó cerrada por fuera. Asgard quedó atrapado dentro.

Sus compañeros ya habían abandonado la nave. Como eran muchos, nadie se percató de su ausencia. El congelador estaba a -25º, pasaban los minutos y empezó a comprender que su fin estaba cerca. A medida que pasaba el tiempo comenzó a sentir mareos y pérdida progresiva de consciencia a causa del frío.

Iversson – el vigilante de seguridad – descubrió a Asgard en el congelador y lo rescató. Al día siguiente, cuando el gerente le pregunto a Iversson, el vigilante, cómo se había dado cuenta de la ausencia de Asgard, este le contestó:

“Sr gerente, tengo 60 años y llevo 35 años en esta empresa. Durante este tiempo, pocos han sido quienes saludan o se despiden al irse. Nadie da los “buenos días” al entrar o “hasta mañana” al marcharse… excepto Asgard, que siempre lo hace con una sonrisa sincera. Ayer no vino a despedirse y eso me pareció muy extraño, así que me inquieté. Eché en falta su saludo y empecé a buscarle hasta que di con él”.

 Esta es la importancia y la belleza de un simple saludo.


Ana Herrero Fidalgo. Departamento de Psicología.


 



2 Comentarios
  • Germán Bertolotto
    Publicado a 14:07h, 09 octubre

    Que bonita la historia de Asgard ¡muchas gracias!

  • JA
    Publicado a 06:30h, 10 octubre

    Muchas gracias por tu comentario. Sin duda, una historia para reflexionar.