Monte Carmelo: en el centro de Madrid

Residencia en el centro de Madrid

Monte Carmelo: en el centro de Madrid

Historia y Evolución en el centro de Madrid

Santa María del Monte Carmelo es una Residencia para personas ancianas. Fue fundada en el año 1975 y en toda su historia ha sido una entidad privada, asociada a LARES, Federación Nacional de Residencias de carácter solidario, estando regentada por los Padres Carmelitas. La residencia, situada en la conocida calle Ayala, está inmersa en pleno corazón del centro de Madrid,

La Residencia ejerce su actividad dentro del marco de la prestación de los Servicios Sociales y Sanitarios a personas mayores de 65 años, así como aquellas que hayan requerido una jubilación anticipada por razones de tipo sanitario. Su capacidad es de 99 plazas de tipología mixta entre personas válidas y asistidas.

El centro forma parte de un complejo Parroquial constituido por la Comunidad de los PP. Carmelitas, propietaria del centro, la iglesia parroquial y una librería religiosa. Dentro de las actividades parroquiales, y además de la atención a los feligreses, se realizan otras labores de atención a la sociedad, a través de servicios asistenciales como bolsa de trabajo, orientación laboral para la promoción del individuo, la formación, y el ropero, fomentando así su inserción en la sociedad.

Perspectiva de Futuro

 

La Residencia se concibe desde sus inicios con una clara vocación de servicio y protección a la figura de las personasresidencia en el centro de Madrid ancianas, a sus familiares y cuidadores, enmarcado todo ello en un contexto moral cristiano. Nuestra filosofía empresarial tiene en sus fundamentos la idea del humanismo, concebido, en palabras de San Juan Pablo II, como “solicitud por el hombre”, donde no sólo se trata de cuidar a la persona mayor, sino de cuidarla integralmente en todas las facetas del ser humano, incluyendo a su entorno familiar. Nuestra concepción de empresa se basa, entre otras cosas, en este humanismo cristiano de profundidad, entendiéndolo como confianza en el ser humano y en su tendencia trascendental, en su razón y en su capacidad para cultivar todas las ramas de la sabiduría.

De esta forma, ya son más de 40 años de historia proporcionando cuidados personalizados y de calidad a un sector vulnerable y aportando, además, riqueza a la sociedad gracias a los puestos de trabajo que la empresa crea, en el centro de Madrid.

Monte Carmelo pretende, como organización empresarial, distinguirse por una excelencia integral sostenible en el tiempo y una permanente actualización en los cuidados que proporciona a sus clientes: residentes, familiares y trabajadores. Además, el continuo esfuerzo innovador en la prestación de nuestros servicios se convierte en otra necesidad que parte de la esencia de nuestra razón de ser y existir; así como el respeto de todas las legislaciones, normativas vigentes, reglamentaciones y compromisos adquiridos, con nosotros mismos y con la sociedad en general.

Monte Carmelo; una prolongación del hogar en el centro de Madrid

 

Entendemos nuestra Residencia como una prolongación del hogar donde la persona anciana pueda seguir desarrollando con normalidad sus actividades diarias, aun cuando existan grandes niveles de dependencia, proporcionando un ambiente confortable y cálido, de auténtica protección y respeto a la autonomía moral y teniendo presente el concepto de dignidad humana, intrínseco a todas las personas de nuestra organización.

El modelo de excelencia que proyectamos para nuestro futuro puede ser concebido desde dos perspectivas:

  • Un modelo de excelencia entendido como ausencia total de errores.
  • Un modelo de excelencia fundamentado en la visión aristotélica y en una ética de la virtud, en la que cada cual sea lo mejor que pueda ser en función de sus capacidades o, dicho de otro modo, que cada persona que conforma la Residencia sea la mejor versión de sí misma.

Creemos evidente que una búsqueda de la excelencia fundamentada únicamente en la ausencia de errores sería plantear una quimera, más que un objetivo para nuestro centro. Así, consideramos que con la segunda perspectiva, es decir, que cada persona sea la mejor versión de sí misma, lograremos que la Residencia también sea la mejor versión de sí misma. Una implicación personal y profesional por parte de todos los trabajadores y una necesidad de mejorar individualmente, se aproximará a reducir al máximo las posibles desviaciones de nuestro camino, cuyo fin último es siempre la excelencia.

Para la Residencia, los trabajadores son el nexo de unión entre los objetivos generales del Centro y nuestros residentes y familiares, por lo que la política de excelencia en el tratamiento del residente pasa necesariamente por el cuidado y la formación continua de nuestros trabajadores, tanto en los aspectos técnicos como en los humanos, conformando esta educación como herramienta clave para el desarrollo institucional y personal.

Por todo lo señalado con anterioridad, cuidar a nuestros trabajadores será otro de los objetivos principales de nuestra empresa, entendiendo este cuidado, como la mejor inversión de futuro.

 

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