22 Feb 10 cualidades de un buen cuidador de personas mayores
1-HUMANO: Principal característica de un buen cuidador. Mostrar humanidad es hacer gala de los valores intrínsecos a nuestra especie, actuando humanamente en la atención a los mayores. Humanizar la relación con el adulto mayor es conseguir un contacto cercano generando alta dosis de empatía, cercanía y familiaridad. Humanidad es romper las barreras de la distancia, pero conservar siempre el respeto a la individualidad. Sintamos el dolor ajeno como dolor propio. Ser compasivos y dar un trato humano como seres humanos que somos y a seres humanos que tratamos.
2-SERVICIAL: Significa estar disponibles y dispuestos a servir a los mayores. De tal manera, que respondamos con prontitud a las peticiones que se nos hagan. Buscar la forma de resolver cualquier problema que nos planteé el adulto mayor e intentar solucionar eficazmente. Un buen cuidador suplirá las necesidades del residente con diligencia, esfuerzo y generosidad.
3-CONSTANTE: Es imprescindible mantenerse firme en el noble propósito de atender a los mayores en las actividades de la vida cotidiana. Esta es una tarea vocacional que demanda esfuerzo, perseverancia y sacrificio, pero la recompensa plasmada en la mirada del anciano o en un simple, pero significativo “gracias” lo convierte en algo absolutamente satisfactorio.
4-HONESTO: Integridad, decoro y verdad son valores esenciales que deberían definir la vida de cada ser humano en toda relación social. Sin embargo, cuando hablamos de cuidar a las personas mayores esto se convierte en un elemento aún más esencial. Somos los ojos, la voz, las manos, los oídos del adulto mayor. Ellos confían en nosotros como cuidadores, no lo defraudemos. Recordemos honrar, honra.
5-COMUNICATIVO: Un buen cuidador debe de hacer partícipe a el adulto mayor de sus cuidados. Mantener una eficaz interacción genera confianza, tranquilidad y seguridad. La comunicación establece un vínculo afectivo entre ambos que se va fortaleciendo con el paso del tiempo.
6-POSITIVO: Al llegar al ocaso de la vida, la alegría, ilusión y esperanza que caracterizan la edad infantil y juvenil parecen haberse desvanecido. Corresponde a un buen cuidador impregnar al adulto mayor de optimismo y positividad, pintar de colores los días grises y fortalecerles en los altibajos emocionales que puedan sobrevenir.
7-PACIENTE: Cuidar a un adulto mayor requiere un alto grado de paciencia, conlleva mucho tiempo ofrecer un trato personalizado. Además es una virtud sobrellevar con éxito los momentos de presión y tensión que puedan presentarse. Mostrar comprensión, ser tolerante y esperar va a ayudarnos siempre a resolver los conflictos más críticos.
8-INTELIGENTE EMOCIONALMENTE: Como buenos cuidadores debemos saber gestionar las emociones propias y ajenas en pos de un exitoso desarrollo personal y profesional. Todo cuidador debería adoptar herramientas y habilidades para el desarrollo de competencias en esta área.
9-FUERTE FÍSICA Y PSÍQUICAMENTE: Abordar diariamente a personas con un grado de dependencia alto, con deterioro cognitivo, sin movilidad, conlleva a un desgaste físico y emocional. Por tanto, el cuidador requiere un buen estado de salud físico y psicosocial que deberá fortalecerse constantemente.
10-AUTOCUIDADO: Evitar síndrome del cuidador quemado o “burn-out” donde se produce un rechazo de la persona atendida por acumulación de estrés prolongado en el tiempo. Es esencial cuidarse a sí mismo para poder mantener una correcta atención y cuidado a las personas mayores. Como afirmó Erich Fromm: “Ser capaz de prestarse atención a uno mismo es requisito previo para tener la capacidad de prestar atención a los demás; sentirse a gusto con uno mismo es la condición necesaria para relacionarse con otros”.
Texto e imagen por: Lizette Ramírez Domínguez
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